Desde hace muchos años me atormenta esta duda.
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"La Academia I", por Lola Gabriel.
Fotógrafo: José Crespo.
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¿Ser artista consiste en tener oficio? ¿En exponer regularmente? ¿En estar inspirado? ¿En ser original?
Parece igual, pero no es lo mismo. Cada una de estas piedras angulares nos llevan a distintas concepciones del "ser artista".
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"La Academia II", por Lola Gabriel.
Fotógrafo: José Crespo.
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Si declaramos que
artista es aquel que tiene oficio, nos estaremos refiriendo a personas con un conocimiento profundo de la técnica y los procedimientos pictóricos (por ejemplo), a alguien con mucha habilidad y experiencia. Desde aquí... sí que soy artista. He pintado más de un centenar de retratos. Enseño dibujo artístico y volumen, sé percibir y valorar la luz y el color.
El
artista inspirado se centrará en "la conexión", se siente especial y cree que recibe informaciones que a otros les está vedada. Piensa que ha sido bendecido (y maldecido al tiempo) con un don.
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"La Academia III", por Lola Gabriel.
Fotógrafo: José Crespo.
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Aquí las cosas "llegan", las ideas caen del cielo y son casi sagradas. De este tipo no... no soy artista. Porque hay veces que sí estoy inspirada, pero luego valoro críticamente mi idea y "la tiro a la basura", la descarto. He dejado multitud de proyectos a medias. Cuanto hago es fruto de un esfuerzo importante y de paciencia con los más que abundantes momentos oscuros.
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"La Academia IV", por Lola Gabriel.
Fotógrafo: José Crespo.
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El
artista que expone regularmente basa su estatus en una gestión profesional centrada en la muestra y venta de sus trabajos. Se preocupa por cuanto puede perjudicar a sus intereses económicos y hace un cálculo de inversión y beneficio ante cada proyecto expositivo. Al tiempo, se labra un "nombre" dentro de la comunidad artística, conoce los circuitos de salas y locales de exposición, y a lo mejor tiene contrato de exclusividad con una galería. Aqui, pufff!! Sí que no soy artista... vamos, debo estar en la escala de los infantes que pintan con plastidecores.
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"La Academia V", por Lola Gabriel.
Fotógrafo: José Crespo.
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Ser original... mmm. Bueno, pues se sentiría artista aquel que pone su creatividad en cuanto hace: sus pasteles, su ropa, la decoración de su agenda, etc. je, je. Más en serio, este concepto tiene bemoles, pues es la idea de que para ser artista hay que estar en la cresta de la ola, buscar sorprender, innovar o cuestionar los estándares de arte conocidos hasta ahora. Se trataría del artista de vanguardia, el verdadero "creador", el que va un paso por delante. Es el que está con las galerías punteras, el que recibe finaciación para proyectos peregrinos... En fin, que tampoco me siento artista. No soy capaz de competir con "lo último" a cada momento, es agotador.
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"La Academia VI", por Lola Gabriel.
Fotógrafo: José Crespo.
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Pero entonces, cuando uno ha estudiado Bellas Artes, y vive en un loft, y pinta por encargo, y se gasta el dinero que necesite en materiales... ¿puede ser artista aunque no exponga, aunque esté fuera de los circuitos comerciales y profesionales, aunque haya abandonado la batalla de la originalidad a ultranza, aunque se sienta excluido de los dones de las musas?
Pienso que la "artisticidad" es un don interno, una creencia. Un vínculo secreto a la pasión creativa. Es algo salvaje que pugna por emerger cuando deseamos tirar la toalla... es puro inconformismo.
Es rebeldía.